Un recorrido descubriendo París y sus vinos

París no es sólo la Ciudad de la Luz y la ciudad de los enamorados, es también la capital de los mejores vinos a nivel internacional. Pasar unos días en la capital francesa supone una experiencia inolvidable si, además de hacer una visita turística, se hace un recorrido enológico catando este néctar de uva. Para tal fin, puedes elegir una estancia en el centro de Paris, con vistas a la Torre Eiffel, o en los barrios más bohemios, consultando páginas como venere.com, podrás encontrar las mejores opciones de alojamiento.

Francia posee conocidas regiones vitícolas, como Alsacia, Burdeos o Borgoña. De estas viñas salen los más reconocidos caldos galos, vinos caracterizados por ser especiados, secos, con aromas afrutados, en ocasiones con un ligero sabor a chocolate, entre otras muchas cualidades. Entre las denominaciones de origen más internacionales destacan el Alsace AOC; el cabernet sauvignon, un vino tinto austero y fino; los vinos tintos de Graves, finos y equilibrados con suaves toques de cereza, chocolate y tabaco; el vino de Pomerol, vino joven que debe ser bebido entre los cuatro y los seis años después de la vendimia; y los vinos tintos y blancos de Màconnais.

En París, tres son las cavas principales que se deben tener en cuenta a la hora de elaborar un recorrido enoturístico: la Cave des Papilles, la Dernière Goutte y la Cave de Septime. La primera, en Rue Daguerre, 35, en una callecita empedrada en el barrio de Montparnasse, presenta vinos, en su mayoría, naturales u orgánicos, aunque también produce cervezas y sidras. Entre los más famosos nombres se pueden ver Hervé Villemade y Thierry Allemand.

En la Cave Dernière Goutte, en Rue Bourbon le Château se encuentran vinos de propietario, esto es, vino de los propios productores que ellos mismos embotellan, y en muchos casos de cosechas muy anteriores. Además, el propietario, el español Juan Sánchez, organiza degustaciones abiertas al público los viernes y los sábados con expertos enólogos.

Y En Rue Basfroi, 3, se halla la Cave de Septime, un espacio exclusivo para vinos decorado con pavimento de madera y conservadoras de vino con puertas vidriadas. En esta pequeña cava se puede elegir entre comprar el vino directamente para llevar o degustarlo ahí mismo acompañado de un delicioso plato de queso y fiambre. Un lugar en el que se puede viajar en el tiempo y beber la copa de vino mientras se fuma un cigarrillo.

C.O.