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Bienvenido mister OCM

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Podría empezar a escribir sobre la nueva OCM del vino y divagar sobre los beneficios o perjuicios que traen a nuestros agricultores, los de La Mancha, los de la mayor región productora del mundo, pero me imagino que ya han escuchado tanto e ido a tantas charlas, que sería repetir lo mismo, las decisiones de unos políticos que no saben lo que son unas tijeras de vendimiar ni lo que es ir un sábado a quitar bajeros.
Después de tantas charlas y reuniones, creo que nadie (en nuestra región) se ha atrevido a decir la verdad sobre la OCM, que no es otra que la de la liberalización del mercado… y por lo tanto del sector. Nos quedamos en las ramas sin llegar a ver el bosque, es decir, nos quedamos con las ayudas a la explotación y la desaparición, o no, de las ayudas a la destilación, el mosto o inmovilización y todo ello hasta el 2013 o 2015. Al final todo esto no sirve para nada, si nuestras explotaciones no son suficientemente rentables y el vino no se paga al precio real.
¿Cómo se ha defendido la OCM? no lo se, ni lo pretendo, pero si me quedo con un dato muy importante y que nadie parece recordar, que España es la 1ª extensión de viñedo del mundo… y la 3ª en producción. ¿Qué significa esto?, tal vez que haya que revisar el sistema productivo de nuestras explotaciones para convertirlos en RENTABLES, es decir, estar en igualdad de condiciones económicas que un viticultor francés o italiano.
¿Esto quiere decir que los viticultores españoles – manchegos son peores? Lo dudo, es más, seguro que no, no hay más que pasarse por el jardín de la mancha en el mes de junio, ni una mala hierba. ¿Tienen otras variedades de uva plantadas de mayor producción?, ¿Cuál? ¿chardonnay?, ¿petit noir?, ¿Cabernet Sauvignon?. No, también éstas están en La Mancha y perfectamente aclimatadas, por lo que la única duda que existe, es la abundancia o escasez de agua, al fin y al cabo, es lo que más influye en la producción. Y que nadie se lleve las manos a la cabeza, que cuando digo agua, no me refiero a encharcar las viñas, sino a que la planta no sufra estrés hídrico y que al fin y al cabo, juguemos con las mismas cartas que las de otras zonas productoras. En este sentido, habría que pensar quien es el responsable de repartir estas cartas.
Llegados a ésta conclusión, hemos de reflexionar sobre nuestras explotaciones y pensar hacia donde queremos ir. ¿Qué posibilidad nos aporta la nueva OCM? creo que únicamente la de deshacernos de las explotaciones menos productivas aunque manteniendo las que si aportan calidad a los vinos además de reforzar las que mejor rendimiento den. Sin pedir ni mas ni menos, que rijan los mismos rendimientos que en las explotaciones vitícolas del resto de países comunitarios. Todo ello sin obviar otro punto importante, que es el de defender el precio del producto en los mercados y aportar el valor añadido que a algunos vinos les falta.
Me pregunto qué país tendrá el mayor porcentaje de arranque, ¿Italia o Francia? Por lógica sí, son los que más producen, son los que mayor responsabilidad tienen en los excedentes MUNDIALES de vino. ¿Porqué España será el que tenga mayor índice de abandono? Tendríamos que remontarnos a tiempos pretéritos en los que tal vez, la política agraria no fue la correcta, o tal vez porque no había suficiente agua, o porque San Juan cayó en Viernes. El caso es que HOY nuestras explotaciones necesitan estar al nivel de las de Francia e Italia y nuestros políticos, del partido que sea, han de ponerse de acuerdo para darnos la oportunidad de ser tan buenos agricultores como los de Francia e Italia, es decir, jugar con las mismas cartas.
Yo, al igual que la mayoría de los trabajadores, no quiere que le regalen el dinero, pero sí, que no le pongan cortapisas a la hora de conseguirlo con nuestro trabajo, y en este sentido, pienso que la OCM sigue en la idea de dar, tutelar, y no de facilitar.
¿Por qué, si vamos a un mercado libre, se empeñan en tutelar las entregas de vino y mosto a las alcoholeras y concentradores de mosto?. Ya sabemos el resultado de las subvenciones y ayudas, que al final no repercuten en el que las recibe (los agricultores) si no en el receptor final del producto o servicio. Lo que significa (Dios no lo quiera así) que lleguemos a hablar de uvas de 20 pesetas de las de antes, nunca mejor dicho, porque podríamos remontarnos a los años 80 para ver precios similares. ¿no estamos trasladando el problema al año 2013 o 2015?.
En definitiva, la solución sigue sin estar en manos de los principales perjudicados, y que como país de 2ª (aunque me pese) seguimos estando bajo los intereses de Francia, Italia y Alemania (que por cierto, habiendo excedentes, le siguen permitiendo la chaptalización). ¿Tiene algún sentido, que nosotros estemos arrancando viñas, mientras que el mosto resultante de esas viñas serviría para encabezar los mostos alemanes y olvidarnos del azúcar?.
Es curioso, que escriba de la viña y no del vino, cuando mi especialidad es el vino, los mercados y el marketing. Pero como profesional del vino, si no hay buena viña y buen agricultor, no hay buen vino. Tenemos los mejores agricultores, mayores (sobre todo) y jóvenes (los menos), que invierten y sacrifican su tiempo y el de su familia por mantener un manto verde en nuestros campos los meses de verano, y la única recompensa que tienen, aun pagándosela ellos, es la comida para celebrar el fin de la vendimia, porque ya, ni el precio de la uva es una recompensa, sino una resaca de mal garrafón.
Joaquín Parra, Especialista en Marketing del vino, docente del curso “comercialización del vino español” y creador y administrador del portal web www.ecatas.com

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